8.11.21

Isaías 66. El pueblo de Dios

 

Jehová de los ejércitos no solo quiere un montón de gente reunida en algún lugar alabandolo y haciendo cosas en su nombre.

Jehová quiere que nos consideremos parte de su pueblo que nos llamemos su pueblo.

En la antigüedad el pueblo de Dios disfrutaba de todas las maravillas que él les ofrecía.

Les abrió el mar rojo, los hizo pasar por el Jordán, le proveía de maná y muchas otras cosas más.

Como pueblo de Dios pudieron experimentar en carne propia lo que es tener a Jehová de su parte.

Que ellos fueran el pueblo de Dios no significaba que no tuvieran que pasar por dificultades, el solo hecho de que Jehová hiciera esas maravillas delante del pueblo ya era una evidencia de que estaban pasando por muchas cosas difíciles.

Muchos siervos de Dios en su afán de llenar el templo a la hora de evangelizar prometen a la gente una vida libre de problemas.

Muchos se atreven a asegurar que si alguien llamado cristiano está pasando por dificultades es porque está en el lugar equivocado y les ofrecen su templo o su denominación para hacerlos libres de todo tormento.

Jehová de los ejércitos no nos promete hacernos libres de todo problema o sufrimiento, pero si nos promete estar siempre con nosotros para ayudarnos a superar esa situación difícil. Isaías 43: 2 “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.

Beneficios de ser pueblo de Dios.

1. Siempre será consolado. V 13 “Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo.” Consolar no es mostrar lastima por alguien.

·       1.1. El verdadero consuelo es ayudar a alguien a salir de la difícil situación por la cual puede estar pasando.

·       1.2. Podemos ayudar a través de algo muy sencillo, pero a la vez muy importante, la mejor manera de consolar a alguien es escuchándola.

·       1.3. Jesucristo siempre tiene tiempo para escuchar a su pueblo, si quieres consolar a alguien no le interrumpas mientras te está hablando, no lo acabes de atormentar interrumpiéndolo para contarle tu historia de sufrimientos.

·       1.4. No minimices el sufrimiento de quien te pide ayuda, para cada persona su problema es único.

2. Nos hace ver. V 14 a “Y veréis,” Una persona angustiada pierde la capacidad de ver lo que le está pasando.

·       2.2. Jesucristo nos muestra la solución en medio de la dificultad. Jesucristo no nos hace las cosas porque nos convertiría en inútiles.

·       2.3. Jesucristo nos guía para que podamos corregir nuestro mal camino y volvamos por el camino de la Victoria.

3. Nos da alegría. V 14 b “y se alegrará vuestro corazón,” Jesucristo nos da la capacidad de alegrarnos en los momentos de más dificultad.

·       3.1. Tener alegría en las dificultades significa que podremos ver en las dificultades oportunidades para corregir y mejorar.

4. Nos da fuerzas para seguir avanzando. V 14 c “y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemigos.” Jesucristo no nos carga siempre, él nos enseña a caminar.

·       4.1. La mejor forma que tiene Jehová para ayudar a su pueblo es entrenándolo. Salmo 144: 1 “Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra” una de las señales que tenemos para ser identificados como pueblo de Dios es que él nos entrena para batallar.

No se trata tan solo de congregarnos en algún lugar a la espera de un milagro, es necesario creer que somos pueblo de Dios. Solo el pueblo de Dios es capaz de nunca dejar de pelear sus batallas y sentir gozo mientras lo hace.